El herpes zóster, también conocido como culebrina, es una enfermedad que se produce por la reactivación del virus de la varicela que ha permenecido durante años latente en los ganglios nerviosos de la columna vertebral y se reactiva debido al envejecimiento o a un debilitamiento del sistema nervioso.
Por este motivo, es a partir de los 50 años cuando esta enfermedad se hace más frecuente. Aunque tiene una baja mortalidad, sus complicaciones sí pueden constituir un problema especialmente en personas que además sufran algún tipo de enfermedad. De hecho, después de los 65 años, el riesgo de desarrollar herpes zóster se incrementa considerablemente, llegando a afectar a la mitad de las personas mayores de 85 años en España.
Este año 2024, por primera vez, la Junta de Andalucía ha incorporado en su plan de vacunación la administración de las dosis frente al herpes zóster para todas las personas nacidas en 1959 y que por tanto cumplan este año los 65 años. Las 109.000 personas que cumplen ese criterio sólo tiene que solicitar cita en su centro de salud y le será administrada la vacuna. Este plan extraordinario de vacunación arrancará el 21 de mayo de 2024.
La pauta recomendada es de dos dosis, separadas por al menos 2 meses, por vía intramuscular. Se puede coadministrar con otras vacunas recomendadas en este grupo poblacional, como por ejemplo, gripe, COVID-19 o neumococo.
No obstante, aparte de este plan con carácter general para las personas de 65 años, la población de riesgo también puede solicitar la vacunación contra el hérpes zóster o culebrina en los supuestos establecidos por el SAS:
1. Trasplante de progenitores hematopoyéticos
2. Trasplante de órgano sólido o en espera del mismo.
3. Hemopatías malignas como leucemias o linfomas.
4. Tumores sólidos en tratamiento
5. Tratamiento con fármacos anti-JAK
6. Tratamiento con otros fármacos inmunomoduladores o inmunosupresores
7. Infección por VIH
8. Antecedentes de hérpes zóster
